En el marco de su 65 cumpleaños, el presidente de Camacol Bogotá – Cundinamarca, Edwin Chiriví, habló con Portafolio sobre los retos que ha atravesado el sector. Sobre la actual coyuntura, el dirente gremial aseguró que esperan que jore para el segundo semestre y lleguen a consensos con el Distrito y el Gobierno para priorizar esta actividad.
¿Qué balance hace ya de estos 65 años?
Camacol Bogotá y Cundinamarca fue fundada el 21 de julio de 1958, quiere decir que estamos cumpliendo 65 años de una historia muy interesante de construir ciudad.
Cuando creó esta organización, la ciudad tenía cerca de 1,2 millones de habitantes hoy son más de 8 millones. En este proceso de expansión, Camacol acompañó la construcción de la ciudad. En su fundación los constructores se hacía un poco más de 1 millón de mt2, hoy en promedio se construyen 3,3 millones de mt2 al año.
(Consejos ante posible subida de precios y desaceleración económica).
¿Cuáles han sido esos grandiosos retos que han enfrentado?
El primero ha sido cómo mantener una visión continua de la ciudad a largo plazo pero que permita garantizar la oferta de vivienda para todos.
El segundo es construir una ciudad formal, con acceso a servicios públicos, que guarentee bienestar a los habitantes, y es aún un reto en el estamos trabajando y por eso necesitamos tener una visión de ciudad a largo plazo y eso se hace mediante los POT (Plan de Ordenamiento Territorial).
(Gasto de los hogares del país tuvo caída de 4% en junio).
El tercero está impulsando la renovación urbana en escala. Si Bogotá necesita crecer, y es importante saber en qué zonas de la ciudad puede seguir creciendo, también es una ciudad que tiene que priorizar en su gestión pública la renovación urbana.
El cuarto es la integración regional. Bogotá hoy es una ciudad conectada en todos sus extremos, eso nos abre la posibilidad de pensarnos como región. El 35% de lo que comercializamos va hacia la región.
El quinto es cómo facilitar que la actuación del sector productivo encuentre un marco institucional adecuado. Hoy somos el sector que enfrenta la mayor cantidad de trámites. En general, sus 150 trámites los que tiene que surtir un empresario y toman hasta el 13% de la inversión (de todos los actores), eso nos aleja la inversión.
¿Cómo se ha cerrado la brecha del déficit habitacional?
Hemos venido avanzado. El deficit cuantitativo (la vivienda que no es vivible), en este problema hemos podido avanzar. Cuando Camacol empezó este tipo de déficit era cercano al 30%, hoy es de 1,4%.
(Ventas de vivienda en Colombia Cayeron 62% en junio).
Bogotá realiza la capacitación anual de 80.000 de todos los tipos, pero cada vez con menos miembros por hogar. Con esa formación apenas producimos 50.000, esos 30.000 presionan el mercado de renta, entre otros. Ahí vemos el gran reto, por tal motivo nuestro norte es producir 85.000 viviendas por año.
¿Cómo ven el interés de compra?
Vemos la intención de compra a través de qué tanto buscan los hogares. Eso lo hacemos mediante la aliada que es estrenar vivienda con el cual nos hemos dado cuenta que en primeros seis meses, producto de la subida de tasas, había estado menor el nivel de búsqueda, pero en junio este número creció.
Para el sexto mes del año superamos los 11,500 hogares buscando vivienda en Bogotá, el mismo mes del año anterior era cercano a los 10,400, es el primer dato positivo que tenemos.
(Aumentar la preocupación de los colombianos por precios de bienes básicos).
¿Es un buen momento para comprar?
Que las tasas bajen, la inflación y los hogares tengan más posibilidad de ahorro sumada a la oferta disponible que tiene Bogotá es una buena mezcla.
Además, Bogotá tiene tres cajas de compensación que tienen la capacidad de subsidiar 50.000 viviendas al año, esa historia no la tiene ninguna otra ciudad. Eso nuestro hace optimistas.
¿Cómo brindar seguridad para que los interesados vuelvan a comprar?
Por el lado institucional se debe hacer que los planes de Gobierno de ahora en adelante prioricen la vivienda y ojalá con el propósito de ganarle a la informalidad. Desde el Gobierno consolidar una apuesta de política pública como política de Estado y que los cambios de gobierno no generen impacto.
(Las ventas de Vivenda en Bogotá se redujeron en un 57% en el primer trimestre).
Los empresarios necesitan seguridad jurídica, los intempestivos cambios de normativa generan un desincentivo a la inversión. Y para los compradores siempre inverter en vivienda es una apuesta segura, así que adelante.
Las bajas ventas que se han visto, ¿qué efecto tienen en el empleo?
Es nuestra gran preocupación. A mayo tenemos 193,000 ocupados en construcción en Bogotá, el mercado se ha movido en los últimos años en 200,000, todavía no vemos critica esta situación, pero si no revertimos esta dinámica el empleo puede de loser 60,000 puestos de trabajo solo en Bogotá lo que impactará cerca de 2 puntos porcentuales el empleo.
Cuidar las iniciaciones para que no se deteriore el empleo, esa la meta conjunta entre el Distrito y Camacol.
PAULA GALEANO BALAGUERA
Periodista de Portafolio