Decididos a olvidarse de la crisis económica y, aunque cortos de bolsillo, decenas de capitalinos abandonaban la ciudad, desde ayer, en busca de playas, balnearios y sus pueblos natales para pasar la Semana Santa.

Las terminales de autobuses interurbanos lucieron más concurridas que otros días del año con familias enteras subiendo a las unidades, visiblemente felices y llenas de maletas.

Las rutas a las playas de Choluteca y Valle, en el sur del país, con sus 40 y picos de calor son uno de los destinos para este verano. El mismo ambiente se vio en las estaciones hacia Danlí, en el oriente del país y en las de la Costa Norte, especialmente en San Pedro Sula, Tela y La Ceiba. Otro grueso de viajeros se dirige, por estos días, a Olancho y sus alrededores. Las empresas de transporte estarán trabajando hasta el miércoles por lo que estos tres días estarán muy ocupados a la hora de salir de la capital.

La afluencia de viajeros deja su impacto económico en el sector del transporte.

CIUDAD FANTASMA

Normalmente, la ciudad tiende a estar vacía a partir del miércoles, cuando la mayor parte de los empleados del sector privado tienen vacaciones. Por delante se encuentran cientos de empleados públicos que el Gobierno les despidió durante toda la semana. De esta manera, el éxodo comenzó, para muchos de ellos, desde el pasado viernes. Cuando todos los viajeros se hayan ido, la capital quedará como una ciudad fantasma sin ese horrible tráfico diario y sólo con los feligreses católicos asistiendo a sus tradicionales romerías. Las personas que se quedan prefieren descansar viendo películas o salir con su familia a caminar a localidades cercanas como Valle de Ángeles y Santa Lucía.

Apegados a la tradición pueblerina, los capitalinos regresan a sus pueblos.

PRECAUCIÓN

Los turistas no han parado por el alto coste de viajar estos días, cuando todos los productos y servicios se han encarecido. Tampoco se han quejado, por ahora, de los cambios en las tarifas, algo común estos días, pero quienes viajan en autos particulares pagarán a partir de mañana un lempira más por la gasolina.

Al mismo tiempo, el gobierno está desplegando más de 30.000 socorristas para atender las carreteras y balnearios donde murieron 24 personas el año pasado.

Desde las distintas terminales, hacia el norte o hacia el sur, el flujo de pasajeros fue bueno.

Las autoridades policiales pidieron a los veraneantes que tomaran precauciones y anunciaron severas multas para los “conductores locos”. Incluso advirtieron que tendrán puntos de control y medidores de velocidad para imprudentes.

Las autoridades suponen una movilización de al menos 1,5 millones de personas en este feriado, casi todos dirigiéndose a sus pueblos para compartir con sus familias las deliciosas comidas de la temporada. (P.EJ).