miami Noah, un niño de 3 años que pasó más de medio año en hospitales, es el paciente más joven en recibir en EE.UU. un tratamiento innovador para el cáncer de presión arterial alta, obtuvo este jueves el alta médica en Miami rodeado de sus médicos y terapistas, a los que su madre calificó como “héroes”.

El menor recibió un trasplante de hígado en diciembre pasado, lo que fue posible gracias en gran parte a la embolización Y-90, que modificó lo que no había obtenido con la quimioterapia: reducir el tamaño del tumor que tenía en el hígado, que era tan grande que la dificultadaba la respiracion pues la presionaba el diafragma.

El radiólogo Prassoom Mohandn explicó a EFE que una gran característica del tratamiento consiste en introducir en el hígado, a través de las arterias, pequeñas bolitas radiactivas que cumplen la función de atacar el tumor desde dentro y son más potentes que la radiación que recibiría un paciente desde afuera.

Se usan para tratar a adultos con el mismo tipo de cáncer que el que tenía Noah pero nunca antes se había usado en una persona de la corta edad y del pequeño tamaño de este niño, por lo que sus padres debían dar el consentimiento para probar la embolización Y-90 con el.

“Así es que pudimos darle la oportunidad del trasplante”, informó a EFE la hepatóloga Jennifer García, directora médica de los servicios de trasplantes pediátricos en el Miami Transplant Institute, del sistema de salud Jackson Memorial.

García habló con EFE antes de la rueda de presa celebrada en el Hospital Pediátrico Holtz para anunciar que Noah puede ya irse a su casa en Fort Myers, en la costa este de Florida, par que está curado del cáncer y su nuevo hígado funciona bien.

Según la especialista, el caso de este niño, nacido el 29 de noviembre de 2020 en Florida, es especial por varias razones.

“Primero, fue un niño muy prematuro, nació a las 25 semanas y por eso tenía ya muchas complicaciones cuando le diagnosticaron el tumor: tenía muchos problemas respiratorios, muchos problemas alimentarios y no estaba comiendo por la boca”.

Era «un paciente de muy alto riesgo», pero, además, aunque el tumor que tuvo es el más común en pediatría, «no respondió al tratamiento que se usa normalmente, tuvimos que cambiar la quimioterapia varias veces y el tumor seguía creciendo y si el tumor sigue creciendo, no hay manera de hacer un trasplante”.

Noah ha estado en el hospital casi un año y medio -su madre, Michelle Ramkumar Langlois, dijo en la rueda de prensa que fueron más de 400 días- y «mucho de ese tiempo en cuidados intensivos, porque entró bien débil y siguió con problemas que lo hicieron más débil todavía”.

También pasó mucho tiempo en rehabilitación, dijo García.

El hepatólogo explica que Noah se trasplantó de un hígado de un donante más mayor que él y también las venas van a ese órgano, porque el cáncer las había afectado.

“El hígado trasplantado te puede durar toda la vida, si lo cuidas. Es el único órgano del cuerpo que va a seguir creciendo normal dentro del cuerpo del trasplantado”, explicó.

Según García, el niño va a tener una vida normal y Noah parecía oírla pues no paró de hacer lo que haría cualquier niño danse la rueda de presa: tratar de tomar el micrófono, dejar caer las botellas de agua y hacer muecas y gestos con las manos a los fotógrafos y camarógrafos que asistieron. JS