Desde hace mucho tiempo los ingenios azucareros de todo el mundo llevan a cabo prácticas indiscriminadas que afectan el medio ambiente. Este artículo, basado en investigaciones regionales, expone los impactos ambientales que la quema de caña de azúcar tiene en el aire y suelos de los territorios, y cómo estas acciones pueden ser discutidas o reflexionadas desde el trabajo del diseño industrial.

En sus inicios, el monocultivo de caña de azúcar se manejaba de forma completamente orgánica; Era un producto saludable, que aportaba a la tierra nutrientes y paisajes. Hoy todos estos beneficios no existen, ya que los procesos establecidos de antaño han evolucionado; El cultivo de dicha materia prima tiene efectos nocivos para el medio ambiente, en general. La práctica que ha provocado estas emisiones es la quema de caña de azúcar:

Con la quema permanente se producen miles de toneladas de dióxido de carbono, lo que aumenta los altos niveles de contaminación atmosférica debido a las emisiones de compuestos orgánicos volátiles como el benceno, el tolueno y los xilenos emitidos por la producción industrial y el tráfico automovilístico. «Óxido de nitrógeno y dióxido de azufre que provienen de emisiones de industrias, centrales eléctricas y quemas».

DAÑOS Y BENEFICIOS

La caña de azúcar se cultiva en la mayoría de las regiones tropicales y subtropicales del continente. Este sector agroindustrial emite partículas que afectan la salud de los habitantes del sector cañero debido a la caída de cenizas (cenizas) en sus alimentos o productos cotidianos.

Este cultivo agrícola es uno de los recursos más importantes para la economía de los países. En este sentido, tiene un impacto positivo ya que genera empleo, reduciendo los índices de pobreza en los sectores cercanos a estos panelistas e ingenios azucareros; Por otro lado, sirve como factor de producción para industrias que fabrican pulpa de papel y cartón, refrescos, jugos y bollería en general, entre otros usos, lo que contribuye al desarrollo agrícola e industrial del país. Sin embargo, desde otra perspectiva, la producción de caña de azúcar genera daños irreversibles.

Uno de los métodos de cosecha es la quema de la caña, la cual se realiza previo al corte; Esta práctica, desde el punto de vista de la seguridad laboral, es necesaria porque elimina desechos y animales dañinos, facilita el corte manual y protege la salud de los cortadores, ya que la pelusa de la caña afecta la piel. Sin embargo, la quema de caña de azúcar genera problemas ambientales ya que deteriora el suelo, contamina el aire, destruye la atmósfera y destruye la biodiversidad, además de los efectos que tiene sobre la salud humana.

Los ingenios, empresas y personas que se benefician de esta agroindustria sólo se centran en los beneficios económicos, las ganancias empresariales y optan por no darle mayor importancia a los problemas que sus actividades generan.

MEDIDAS AMBIENTALES

En algunos de estos ingenios, la única medida ambiental que toman es la sustitución de combustibles fósiles (diesel) por bagazo de caña, lo que mitiga una mínima parte de los daños que generan.

Una medida sencilla de prevención y mitigación que pueden tomar los ingenios azucareros es realizar el proceso de quema entre las 00:00 y las 06:00 horas; Durante este periodo de tiempo, el aire es más fresco y las corrientes de aire son más suaves, por lo que al producirse estos gases al quemarse, se congelan a un ritmo más rápido y no tienen oportunidad de llegar a la capa atmosférica.

La condición ideal para la quema es cuando el viento está en calma, de modo que sea lento; Se acostumbra realizarlo en las primeras horas de la noche, sin embargo cuando hay fuertes ráfagas se debe esperar y realizar en las primeras horas de la mañana, porque hay menos viento.

ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

El monocultivo de caña de azúcar y su quema degradan paulatinamente el medio ambiente. Los recursos más impactados por esta actividad son el agua, el suelo y el aire. Por otro lado, la quema de caña de azúcar provoca emisiones incontroladas de gases como dióxido de carbono y gas metano, responsables del conocido como efecto invernadero.

Esta quema afecta la salud humana, debido a las cenizas y gases generados, las poblaciones cercanas padecen enfermedades cardiovasculares, bronquitis crónica, asma bronquial, entre otros problemas respiratorios. Además, existen algunos compuestos cancerígenos que se liberan al quemar compuestos carbonatados y clorados y que probablemente se harán evidentes en unos años.

Otros estudios determinan que el IRA es el que más consultas médicas tiene y su causa es la ceniza de caña, emisiones de cenizas que afectan el sistema respiratorio de los lugareños y que actualmente están interponiendo demandas ante los ingenios azucareros de la zona.

Así, a partir de la recopilación de datos oficiales de 2004, se ha establecido que la quema de caña de azúcar explica en gran medida el aumento en la atmósfera de partículas menores a diez micras (PM10), es decir, aquellas que son tan pequeñas como para son respirables y que se consideran altamente contaminantes.