La fuerza del mar tampoco perdona las playas de Miami

Miami, Tela

Fue una predicción triste, pero lamentablemente se está haciendo realidad. Así como la barra Río Cuyamel en Omoa fue atacada por las olas, y así como la hermosa costa de Cruce y marea bajaen Puerto Cortésel turno fue para Tela.

El mar se está llevando una de las playas más vírgenes y hermosas de este municipio.

miamiun pequeño pueblo garífuna al oeste de la Bahía de Telaes un espectáculo de la naturaleza.

Está sobre una fina franja de arena y piedras que no mide ni 200 metros en su tramo más ancho, ni menos de 50 en su parte más estrecha, y es la línea divisoria natural entre la laguna de Los Micos y el mar.

Desde la perspectiva de un dron, el paisaje es impresionante. El agua dulce por un lado y el inmenso azul por el otro. Desde arriba también es mejor apreciar lo que las olas le hacen a la playa, que hasta hace seis meses podía presumir de su cálida arena blanca, donde los turistas podían jugar voleibol, correr en cuatrimotos o hacer fogatas para esperar con amigos el atardecer. . Hoy no hay nada de eso.

Hasta hace dos días, la batalla para vencer el embate del mar era con sacos de arena, pero ni los recursos -ya agotados- ni las fuerzas de todos los hombres de la comunidad han logrado contener o reducir los daños.

Wilmer Alexis Andinopresidente de Junta Directiva de Miamiseñala con preocupación que están perdiendo la comunidad.

“Pedimos ayuda para ver qué se puede hacer para remediar los graves daños que nos está provocando el mar. Está tirando las casas, las champas y está reduciendo nuestro espacio. Incluso la calle está siendo tomada”, afirmó.

Desde que el mar empezó a moverse hace seis meses, en miami Nadie volvió a dormir en paz. Los estragos se están produciendo en pleno verano y sin tormenta alguna. Pero si te preocupa lo que vives con el clima soleado, las previsiones de un Fenómeno La Niña Activo con huracanes como Mitch los aterroriza.

Selín Murillo, propietaria del complejo turístico Eco Paradise, señala que en las últimas semanas han colocado más de 10.000 sacos de arena para evitar que el oleaje siga arrancando las champas y destruyendo el único camino de acceso a la comunidad.

Desde que comenzó el fenómeno, atribuido al cambio climático, se estima que se han perdido más de 20 metros de playa.

“Nos preocupa la temporada de huracanes que están anunciando, que será bastante impactante con los vientos”.

Ante este escenario, Murillo hizo un pedido de ayuda directamente al Presidenta Xiomara Castro mitigar el impacto para que el mar no siga “comiéndose” la playa ni desaparezca la comunidad, en la que viven y trabajan unas 150 personas. Dice que si no fuera por la colocación de sacos de arena, el mar estaría más hacia el interior.

Fue durante la publicación de la serie periodística “Desplazados por el Mar”, de LA PRENSA PREMIUMque el científico hondureño Gustavo Cabrera, director de la organización Cuerpo de Conservación de Omoa (CCO), pronosticó que el cambio climático seguirá impactando el litoral hondureño y provocando la desaparición de comunidades, tal como predijo en 2006 que en 10 años desaparecerían las comunidades de Cuyamel y Motagua. Tal como sucedió.

“Lo que está pasando es lo que ya había advertido. El cambio climático tiene un efecto dominó en todas las playas costeras. Es decir, lo que está pasando ahora en Tela pasó en el bar Motagua y en Travesía, y se repetirá en toda la costa. No hay vuelta atrás, pues este tema del cambio climático ya es evidente, pues no hay manera de revertirlo. Lo único que tenemos que hacer es adaptarnos, pero lo que está pasando allí va a pasar en toda la costa”, advirtió.

¿Puede retroceder el mar? ¿Tiene la gente esperanza? ¿O no hay manera de que el mar detenga su curso actual? Le preguntamos a Cabrera.

“Atreverse a darles esperanza sería como ser irresponsable, en todo caso, es mejor advertir, pase lo peor o no pase; Pero lo mejor es avisar y decirle a la gente que tiene que tener cuidado, porque lo más probable es que esta franja que es una duna de arena se pueda romper. Esas dunas de arena se formaron a lo largo de tantos años con la acumulación de tierra que venía de los cerros. Es sumamente frágil, no tiene un soporte fuerte donde la ola pueda mitigar el golpe, sino que es una acumulación de arena.

Con el paso del tiempo se va diluyendo y lo más probable es que se pierda. Los barrotes se van a romper por todas partes. No es que vaya a desaparecer de una sola pieza, es que se va a dividir en partes. Entonces se cerrará allí y se volverá totalmente inestable”, continuó.

Respecto al pronóstico del inicio del fenómeno de La Niña, coincidió en que “las tormentas van a ser mucho peores, es decir, la situación se va a complicar más”.