Es poco probable que la inteligencia artificial (IA) se convierta en una “amenaza” para la ilustración “si hay una dimensión de pensamiento y creación personal”, afirma el portugués André Letria, que cree que hoy en día hay “demasiadas imágenes” pero “casi ninguna”. ”los mira. con cuidado y reflexión.
La posibilidad antes impensable de que, con una frase descriptiva como comando, una herramienta de IA cree en segundos un jardín idílico, una ciudad distópica o casi cualquier cosa que el usuario imagine, ha despertado preocupación en el campo del arte.
Aunque, con las huelgas de guionistas y actores de Hollywood en primera plana, artistas de todo el mundo han empezado a comprender los riesgos, la ilustración no es ajena al debate.
una linea delgada
De visita en Uruguay como jurado invitado del IX Premio Nacional de Ilustración -en cuyas bases los participantes fueron instruidos a detallar si habían utilizado «algún programa de IA»-, André Letria dice a Efe que reconoce que la aparición de la IA tiene un impacto diferente en la lado “técnico” y “creativo” del campo.
“Si hablamos de un trabajo más técnico de ilustradores que hacen cosas para publicidad o para cine, trabajando con storyboards, puede haber un peligro mayor, porque ahí es más fácil sustituir lo que hacen”, indica.
Por otro lado, el trabajo “más artístico” o de autor es “muy difícil de reemplazar” por la IA, como, dice, comprobó durante el taller que impartió a ilustradores locales en Montevideo, porque “lo que hagan siempre será muy difícil de copiar”. o recrear porque tiene mucho que ver con experiencias personales o universos”.
“Si hay una dimensión de pensamiento, de creación personal, siempre será muy difícil imaginar la inteligencia artificial como un problema o una amenaza”, afirma, aunque matiza que es en el futuro, ya que cambia constantemente y, con más poderes creativos, puede volverse más desafiante.
Para el artista e hijo del escritor y músico José Jorge Letria, además, los ilustradores están “un poco luchando” contra la IA y la evolución tecnológica en su intento de hacer que los observadores bombardeados con imágenes “se detengan” y miren con atención, ya que su trabajo “It tiene la función de transformar la realidad diciendo algo desde su lenguaje”.
“Una cosa que me preocupa mucho es que hay demasiadas imágenes pero casi nadie sabe cómo mirarlas. En Instagram miramos una imagen unos segundos, no intentamos entender qué hay ahí y eso me hace pensar cómo el trabajo que hacen los ilustradores es cada vez más importante”, afirma Letria.
De historias y equilibrios
Fundada en 2010, la editorial Pato Lógico es el proyecto permanente y al mismo tiempo de “supervivencia” de los portugueses, que, después de años de proyectos con poco éxito de ventas, cosecharon con este proyecto que, señala, ya es “internacional”. ”, una comunidad de lectores que trasciende Europa y crece en América y Asia.
Aunque explica que en Portugal, como en Uruguay, el mercado es “pequeño”, la Feria del Libro Infantil de Bolonia fue clave para que Pato Lógico llegara lejos con títulos como “Si yo fuera un libro”, creado por Letria y su padre y ya traducido a 20 idiomas.
Con experiencia en varios frentes, ya que diseñó escenografía teatral y también trabajó en animación, el portugués dice que lo que más le gusta es “trabajar con libros” pero que su pasión siempre ha sido “contar historias”, ya sea a partir de lo escrito por otros o propio.
“Muchas veces trabajo para historias que ya existen pero también hago cosas propias, historias visuales que se cuentan sin texto y lo que me interesa es esa conexión entre dos lenguajes, texto e imagen, que se tiene que transformar en uno, es decir. lo que más me fascina”, destaca.
Al revelar que su taller en Uruguay giró en torno a la creación de un relato visual a partir de un texto preexistente, Letria explica que ilustrar un texto implica “un equilibrio difícil” porque se trata de contar “con imágenes” algo que “no existe”. se puede superponer o repetir lo que el texto ya propone” pero debe “dar sentido” y completar la historia.
Por otro lado, al ser consultada sobre la temática de los libros de Pato Lógico, orientados al mercado del libro infantil, Letria señala que no se parece al resto de esa «categoría» porque rompe con la premisa de que los niños y adolescentes no saben leer. un libro. de “colores sombríos”, con violencia o “ambientes que te asustan”.
«Lo que hacemos es ir en contra de eso, haciendo libros como ‘La Guerra’, que mucha gente puede pensar ‘que no puede ser para niños porque es muy oscuro’ (…) y es un nivel de protección que no Si les hace algún bien, los cierra.» una parte de la realidad que va a llegar tarde o temprano y si llega sin preparación será peor”, subraya.
Es que, completa, los libros de su editorial, que crea material para cursos y trabaja con jóvenes y niños en escuelas y bibliotecas dentro y fuera de Portugal, son “un poco diferentes” en el sentido de que tienen historias con tintes oscuros. Tonos , enigmáticos o alegres. , están hechos “para todos”. EFE