El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras consiguió llegar a un acuerdo crucial que resuelve la crisis institucional que ponía en peligro las elecciones generales programadas para el 30 de noviembre. Después de semanas de tensiones internas y desacuerdos entre los miembros del consejo, se autorizó por unanimidad un nuevo procedimiento operativo para el Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), que asegura la divulgación completa de las actas escaneadas, pero solo aquellas consideradas válidas serán añadidas al conteo oficial.
El enfrentamiento se intensificó cuando uno de los asesores rechazó el enfoque previo, que requería una comprobación manual anticipada por personal especializado antes de divulgar los documentos. Según los detractores de esa idea, tal acción permitía una posible interferencia política en el procedimiento. Con el sistema actual, se suprimen pasos intermedios que incluían la participación directa de técnicos, priorizando una automatización del proceso que mejora la transparencia.
La presidenta del CNE calificó el acuerdo como una “decisión técnica de consenso”, subrayando que el objetivo es dar garantías a todas las fuerzas políticas y a la ciudadanía en general. Destacó que el nuevo modelo responde a las exigencias de transparencia y trazabilidad, dos condiciones que habían sido reclamadas por sectores de oposición y por organizaciones observadoras del proceso electoral.
El funcionamiento del nuevo TREP se basa en un procedimiento simplificado y automatizado. Cada Junta Receptora de Votos escaneará su acta en alta resolución y la enviará a través de una red segura al centro de procesamiento del CNE. El sistema publicará todas las actas, incluidas aquellas con inconsistencias o errores, pero solo sumará las que pasen los filtros automáticos que validan la coherencia de los datos. Este procedimiento garantiza que la ciudadanía pueda tener acceso completo a los documentos, al tiempo que asegura que el cómputo se base únicamente en actas técnicamente válidas.
El día siguiente a la elección, el CNE realizará una revisión visual de todas las actas escaneadas. En caso de detectar discrepancias entre los datos escritos y los que fueron registrados en el sistema, será el pleno del CNE, con participación de representantes de los partidos políticos y observadores internacionales, quien autorice las correcciones correspondientes. Este proceso estará debidamente documentado, dejando un rastro auditado de cualquier modificación realizada.
El modelo mixto aprobado conjuga automatización en la recepción y publicación de los documentos con una etapa posterior de verificación manual transparente. Con ello, se busca minimizar el margen de error humano en la fase preliminar y trasladar cualquier revisión a una etapa institucionalizada y acompañada de veeduría.
La puesta en marcha del nuevo TREP hace posible que el calendario electoral se restablezca. Se estableció una nueva fecha para recibir las propuestas técnicas de los oferentes, lo cual facilita el avance hacia el desarrollo y la operatividad del sistema con vistas a las elecciones de noviembre. Sin embargo, ciertos especialistas han señalado que el tiempo perdido en la contienda institucional podría impactar negativamente la logística del proceso si no se adoptan acciones inmediatas.
Analistas electorales consideran que el acuerdo alcanzado constituye un avance importante en términos de fortalecimiento democrático, aunque advierten que aún persisten riesgos relacionados con la capacitación del personal en las mesas electorales y la confianza general de la ciudadanía en el sistema político.
El CNE, por otro lado, afirmó que está listo para asegurar un proceso transparente, revisado y técnicamente sólido, e instó a todos los actores políticos a respetar los tiempos establecidos y a colaborar en la supervisión del proceso. Según ellos, el nuevo TREP significa un avance significativo hacia la modernización electoral y el fortalecimiento de la democracia en Honduras.