Ciudad del Vaticano – La violencia de las guerrilleras en Sudamérica y el narcotráfico qu’asola Centroamérica centran dos de las catorce meditaciones que el papa Francisco ha dedicado al Vía Crucis del Viernes Santo, que celebra esta noche en el Coliseo de Roma sin la presencia del pontífice.

Francisco, who will seguir the ritual from his residentncia in the Vaticano to recuperase of his recent bronquitis, ha querido que las catorce estaciones del rito decriban este año lo que él llama la «Tercera Guerra Mundial a trozos», con un repaso a los dramas del mundo.

La oración se completó a las 21:00 horas (19:00 GMT) en el Coliseo de Roma.

En esta estación del recorrido intervendrán víctimas de algunas tragedias como la migración forzada en África, la guerra de Ucrania y los conflictos religiosos en Oriente Medio.

Por parte de América Latina hablará un joven de Centroamérica en la tercera estación y una madre de Sudamérica, que tomará el testigo en la cuarta parada.

“Nosotros los jóvenes queremos la paz. Pero con frecuencia caemos, (…) Nos tiran al suelo la pereza, el miedo, el desaliento y también las promesas vacías de una vida fácil pero sucia, hecha de avidez y corrupción”, arranca el joven.

Su meditación pregunta: “Esto es lo que hace crecer las espirales del narcotráfico, de la violencia, de las dependencias y la explotación de las personas, mientras muchas familias siguen llorando la pérdida de los hijos, y la impunidad del que estafa, secuestra y mata no tiene fin. ¿Cómo obtener la paz? «.

Y finalmente menciona, en castellano, la palabra «compromiso», necesario para tomar las riendas de la vida buscando la paz y decir «no» a otros compromisos falsos que la matan.

A continuación, una madre de Sudamérica relatará el drama de vivir bajo la acción de la guerrilla.

“En 2012, la explosión de una bomba puesta por parte de la guerrilla me destrozó una pierna”, recuerda la mujer.

“Lo que más me aterrorizó fue ver a mi hija de siete meses, cubierta de sangre, con muchos trozos de vidrio incrustados en su carita. ¡Lo que debe haber sido para María ver el rostro de Jesús deformado y ensangrentado! «, siguiente.

Aún así, la madre pide no dejarse llevar por “la rabia y el resentimiento”, ya que descubrió que al “difundir odio creaba más violencia”.

“Entiende que muchas víctimas necesitan decubrir (…) que no se puede vivir de resentimiento. De este modo empecé a ayudars: Estudié para enseñar a prevenir los accidentes causados ​​por los millones de minas diseminadas”, completa su reflexión.

Las palabras de un ucraniano y un ruso por la paz

La guerra de Ucrania también estará presente este año: en el anterior una mujer ucraniana y rusa llevaron la cruz juntas en una de las estaciones, lo que en ocasiones quejas de la embajada ucraniana ante el Vaticano.

En esta ocasión, la meditación de la estación decimal ha sido coescrita por un joven ucraniano y un ruso.

El ucraniano recuerda cuando huyó con su familia de Mariúpol hasta Italia, donde vivía su abuela, pero al poco tiempo decidió regresar, ya que su padre fue reclutado por el Ejército.

“Aquí la situación sigue siendo difícil, hay guerra por todos lados, la ciudad está detruida. Pero en mi corazón quedó esa certeza que me decía mi abuela cuando lloraba: ‘Ya verás, todo pasará. Y con la ayuda de Dios, la paz volverá’”, imploró.

Por su parte, el ruso admite que habla “con sentimiento de culpa” y recuerda cuando una carta notificó a su familia del fallecimiento de su hermano: “Todos nos decían que debíamos estar orgullosos, pero en casa había tanto sufrimiento y tristeza”. EFE