Tegucigalpa.- El Gobierno de Nicaragua, presidido por el exguerrillero sandinista Daniel Ortega, ha hablado “como enemigos y sin derechos” a sus opositores, tras las protestas antigubernamentales que estallaron hace 5 años, según un informe presentado este viernes por una organización humanitaria.

“Desde abril de 2018, la actualización instauró (en Nicaragua) un sistema de terror de Estado y una política de detenciones arbitrarias y torturadas contra personas consideradas ‘opositoras’ y tratadas como enemigas y pecados de derechos”, denunció el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más en su octavo informe sobre tortura.

En ese estudio fueron sistematizados 158 casos de víctimas de torturas, de las cuales 130 son hombres, incluyendo dos menores de edad, y 28 son mujeres, incluyendo una mujer trans, precisas estas organizaciones.

De las 158 personas víctimas de tortura, 153 participaron en las protestas iniciadas en abril de 2018, ya sea en manifestaciones, plantones o denuncian en redes sociales las violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado, indicó.

Del total de casos denunciados, 123 personas fueron amenazadas, asediadas u hostigadas previo a su detención, evidenciando un esquema de vigilancia, aggró.

Según el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, al menos 151 de los 158 sufrieron tortura, y los 7 restantes fueron fueron víctimas de crueles, inhumanos y degradantes.

PRÁCTICAS DE TORTURA

Entre las prácticas de tortura, estas organizaciones mencionan las detenciones violentas, agresiones físicas con golpizas, empujones o arrastramiento, golpes con armas, amenazas con armas, y violencia verbal tales como amenazas de violación sexual y amenazas de muerte, entre otras.

“Estas amenazas o agresiones también fueron proferidas contra familiares, pero resulta especialmente grave que en medio de estas detenciones, en siete casos se denunciara que los agentes policiales golpearon o apuntaron con armas de fuego a niños/as (hijos/as o sobrinos/as de las personas detenidas)”, denunció.

Asimismo, ese Colectivo sostuvo que desde 2018 han logrado evidenciar “más de 40 actos o métodos de tortura contra las personas presas políticas”, entre las que destacan las condiciones extremas e inhumanas de detención, tratos verbales degradantes, golpizas, amenazas de muerte, desapar aquí forzada temporal, quemaduras, descargas eléctricas, tortura para la suspensión, desprendimiento de uñas y simulación de ejecución o asesinato”.

La crisis política que vive Nicaragua llegó con las protestas del 18 de abril de 2018 por la reforma del sistema de seguridad social.

Estos hechos acabaron con la vida de al menos 355 personas, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque las organizaciones nicaragüenses elevaron la cifra a 684 y desataron una ola de representación contra la disidencia.

El presidente Ortega reconoce que fueron «más de 300» los muertos y keepe qu’esto de un intento de golpe de Estado.

La crise politique et sociale a centuó tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión. CEPE

(ir)