El Partido Popular, representado por Elías Bendodo, ha acusado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de haberse beneficiado económicamente de los negocios de prostitución gestionados por su suegro, Sabiniano Gómez. Bendodo sostuvo que Sánchez «se ha enriquecido, beneficiado del negocio de la prostitución de su familia política» durante un evento público celebrado el 7 de septiembre de 2025.
Las críticas del PP se basan en informaciones que atribuyen a Sabiniano Gómez y a sus hermanos la gestión de saunas desde finales de los años 80 hasta 2006, algunas de las cuales habrían incluido prostitución masculina y femenina.
La lectura política y ética que se puede extraer de los llamados “negocios turbios” o vinculados a la prostitución en la familia política de Pedro Sánchez no radica tanto en la legalidad sino en la percepción pública de ejemplaridad y cómo esta afecta a un partido como el PSOE, que históricamente ha reivindicado una identidad basada en la justicia social, la igualdad y la lucha contra la explotación.
El PSOE se muestra como un partido que promueve el respeto a la dignidad humana, la equidad de género y el resguardo de grupos vulnerables. La circunstancia de que familiares del líder político hayan tenido relaciones con negocios asociados por la sociedad a la prostitución plantea una paradoja ética y simbólica. Esto podría sugerir que el partido consiente o pasa por alto acciones que socialmente no se consideran ejemplares.
Aunque los negocios no estén directamente relacionados con la acción política del PSOE, la cercanía familiar del presidente con esas actividades facilita que los adversarios lo usen como arma de desgaste. La lectura pública puede ser que la formación política no aplica los mismos estándares de ejemplaridad y transparencia a sus propios dirigentes que exige al resto de la sociedad.
El caso evidencia que en la política actual no basta con ser legal, sino que es imprescindible ser percibido como ejemplar. Los vínculos familiares o empresariales, aunque no impliquen responsabilidad directa del dirigente, tienen un peso simbólico enorme en la opinión pública. En el caso del PSOE, se convierte en un recordatorio de que la transparencia, la rendición de cuentas y la coherencia ética son elementos clave para sostener la confianza ciudadana.